Me gustaria ir a dormir
con este buen sabor de boca
más a menudo.
Literalmente.
Un viaje a diario
con destino entre tus piernas.
Una
reacción divina
sin mediar una palabra,
y la boca repleta de ellas.
Sílabas concentradas
en el diamante en bruto
de lo frágil de tu cuerpo.
Creí verte serpiente
cuando te desgarrabas las caderas.
Podría resumirlo mejor:
tus ojos en blanco y mi lengua en el blanco.