sábado, 27 de abril de 2013

En época de tempestades

Has sembrado tempestades
sin regar la tierra
y crecieron raices que te rodeaban.

Te deslizas entre quemaduras
y cenizas
mientras aprendes a hacer fuego con dos piedras.

Ni pasar de página ni arrancarla,
a veces es lanzar el libro a la hoguera.
Haces malabarismos
con las cervezas vacías
posada frente a unos ojos
que llevas dentro demasiado tiempo
como para no hacerte vibrar.

Y siguen brillando.

Y hacen juego con tu sonrisa.
Ríes más a menudo y con más intensidad.
Así que los amagos de aterrizaje de emergencia
y los "dime que no me he equivocado"
están de más.

Te entiendo de forma sobrenatural
y conozco tus sueños y monstruos
porque los alimentamos a escondidas.
Algunos mordían,
pero ya has probado lo de sangrar
sin tener heridas.
Te he visto romper los pétalos
porque sabías que te querían.
Para quien eras un sueño
te has convertido en pesadilla,
mientras has derramado lágrimas
cargadas de alevosía. 

Se aproxima una jauría de colmillos:
mantén tu cuello a salvo
y lleva a mano el salvavidas.

Hay demasiadas bocas
repletas de caninos
y una manada de perros
vomitando hipocresía.
No sé explicarte que eres tú la experta en curar heridas.
Es decir,
sabes lo que duele coserte
y aún así
te clavas la aguja en las costillas.

Puedes cortar la hemorragia interna
pero dejas caer la sangre
a modo de una penitencia
que no debes.

"Sigues siendo esa chica bailarina e irreal" no lo olvides.

No van a conseguir hundirte cariño,
porque vamos a reventar para que rías.

viernes, 19 de abril de 2013

Almados hasta los dientes

Lo de comerte el mundo
viene antes de las indigestiones.
Y coger las riendas


es antónimo de rendirse.
 

Aunque sientas tu mente
al otro lado del agujero de gusano
y en otra época.
A pesar de que cualquier tiempo pasado
fue,
y el presente no es más
que la unión de los caminos.

Porque no tomaste atajos
pero atajaste la ignorancia.
Y lo de ignorar el océano
lo definen,
los baños de multitudes.

Tú siempre amaste el agua.

Que digan que no te sientes libre
con el cuerpo mojado,
mientras las gotas se deslizan
desde la cabeza,
hasta la punta de los pies.

Apunta alto y dispara.


Las balas de sueños
no tienen límite de alcance.
Y qué importa acertar el blanco
si es tan largo el camino.

Aunque la pólvora este mojada,

ten fe ciega en tu alma.
Estamos almados hasta los dientes
y que se aparte quien quiera hacerte añicos.

Destrozamos pesadillas por encargo
y cobramos en sonrisas.


Tú solo
avisa. 

martes, 9 de abril de 2013

Habláis de altura
como si no tuviérais miedo a los rascacielos,
por eso de que casi llegan
a tocar el paraíso.
Y siempre es casi. 

Y casi siempre significa nunca.
 

Perseguimos sueños en horario de oficina
y no luchamos con ellos
por falta de tiempo.

La relatividad del tiempo

como religión
y el destino como profeta.

Por lo relativo de la esperanza de vida
y por los que dejaron de pronunciar
la palabra esperanza. 

Desinfectamos cicatrices con alcohol,

que hace escocer el alma más que el cuerpo.
"Si no curas seguirás escociendo".

Pero rascar no es arañar

y las cicatrices en mi espalda
son lo mas cercano,
al placer infinito que conozco. 

Y visto un infinito,

que Fibonacci mate-matizó
pero que ni la poesía explica.
Eso de la espiral de sentimientos.
 

Veo amor en régimen transitorio
y frascos tamaño prueba de paciencia.

Sólo creo en la con-ciencia

desde que descubrí
la eficacia del método de ensayo y error
como destapa fantasmas.
Y desde entonces miro más
pero entiendo esta jungla un poco menos.  

Y perdí el miedo a los monstruos,
cuando comprendí que para ellos,
los malos son
los que no los dejan salir del armario.

Y de esos, por desgracia
está todo repleto.  


domingo, 7 de abril de 2013

¿Ha merecido las penas?

Has aprendido a masticar ausencias,
como si de un chicle se tratara.
Una y otra vez
hasta que dejas de saborearlas. 

Y la parte más insípida de lo que eras
sientes que nubla la cima,
de lo que crees ser ahora.

Ser o sed, es la cuestión.

La sed de versos, 
de que te versen como un torbellino,
un domingo en una azotea
y que la ropa tendida salga volando. 

Y que tiendas tu mano
y te pongan en la mano el mundo.

Porque lo de comer con cubiertos
suena demasiado civilizado,
para unos canívales de sueños. 

Por la noche
sueñas con dormir mientras el in-somnio
significa en voz baja:
"dentro de un sueño".

Ahora sientes,
el efecto de haber tragado gusanos:
lo de las mariposas aplastadas en el estómago
es provocado por la mienta-morfosis.

Y el capullo queda dentro.

Ahora dime:
¿Ha merecido las penas?