viernes, 19 de abril de 2013

Almados hasta los dientes

Lo de comerte el mundo
viene antes de las indigestiones.
Y coger las riendas


es antónimo de rendirse.
 

Aunque sientas tu mente
al otro lado del agujero de gusano
y en otra época.
A pesar de que cualquier tiempo pasado
fue,
y el presente no es más
que la unión de los caminos.

Porque no tomaste atajos
pero atajaste la ignorancia.
Y lo de ignorar el océano
lo definen,
los baños de multitudes.

Tú siempre amaste el agua.

Que digan que no te sientes libre
con el cuerpo mojado,
mientras las gotas se deslizan
desde la cabeza,
hasta la punta de los pies.

Apunta alto y dispara.


Las balas de sueños
no tienen límite de alcance.
Y qué importa acertar el blanco
si es tan largo el camino.

Aunque la pólvora este mojada,

ten fe ciega en tu alma.
Estamos almados hasta los dientes
y que se aparte quien quiera hacerte añicos.

Destrozamos pesadillas por encargo
y cobramos en sonrisas.


Tú solo
avisa. 

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