Esta noche hay lluvia de estrellas,
pero no voy a mirar al cielo
para
que me diga,
que me he alejado del único astro
que me hacía brillar.
He conducido a oscuras
y he contemplado
el reflejo de la
descomposición material.
Mejor dicho,
la transformación a la nada
de
algo,
que era todo.
Esta noche hay lluvia de destellos,
pero no voy a abrir la ventana
para que el humo de la habitación,
invada los recodos de mis costillas
y sepa si es capaz
de encontrar algo.
Tengo los labios secos
y la mente inundada de fantasmas
que se frotan
las manos.
Yo soy yo
y las toneladas de escombros,
que dejo a mi paso.
Esta noche hay tormenta de ideas,
pero ninguna de ellas
va a dirigirme a
tu lado,
para que enciendas mi hoguera
de un relámpagazo
y yo,
me olvide
de todos mis truenos.
No pienso abrir la ventana
hasta que vuelvas.