sábado, 23 de febrero de 2013

Supongo que el vacío
son las cuatro de la mañana, 
un teléfono sin destello
y la ausencia de tu estela.

Ahora brillarás
en salas repletas
de personas vacías,
iluminadas por focos
y el potencial de tu sonrisa. 

Prenderás hogueras 
en ojos desconocidos
irradriarás pupilas y
desprenderás retinas
mientras te deslizas
entre brazos ambrientos
de abrazos de una noche. 

Pero mañana,
pequeña,
ya no sonreirás.


"Creo que mi manta echa de menos besar el suelo".

 

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